¿Quién es…? Dr. Insólito

Filipo llegó al nuevo mundo, como tantos otros, en busca de un futuro lleno de posibilidades. En aquel momento los nativos no eramos reconocidos como emprendedores, eran sí, los que llegaban, como decimos allá, con una mano adelante y otra atrás. Llegaban a una tierra de oportunidades. 

 

A un lado de una de las plazas más emblemáticas de Caracas, Filipo aparcó su carrito de perros calientes, o mejor dicho, su mini foodtruck de perritos. 

 

Como muchos comienzos, el de Filipo no fue fácil. Él cuenta que al principio la aristocracia venezolana (su cliente natural por la ubicación del negocio) compraba el perrito, le daban de comer la salchicha a su perro y solo se comían el pan. Insólito.

 

Con el tiempo y la constancia, se hizo el punto, y con el punto, se hizo un nombre, y con el nombre, se hizo el ritual.

 

No importaba como lo pidieras, ketchup-maíz-con todo, llegó a ser tradición pedirlo con el zumo de la casa. En una cava amarilla y blanca tenía su famoso -debatiblemente más famoso que los hot dogs- néctar de piña.

 

Con la idea de la piña en mente, vamos con la cerveza.

 

Teniendo entre tus manos un perrito – que en Venezuela usualmente puede llevar cebolla, repollo, lechuga, maíz, papitas fritas, al menos 3 salsas (ketchup, mostaza y mayonesa), además del pan y su respectiva salchicha – el amargor de la IPA, realza el frescor de los toppings y disminuye la intensidad de las salsas para el siguiente bocado, eso sí, manteniendo algo de maltosidad para potenciar el maridaje.

 

IPA con Piña. Casi listo.

 

Por un lado, el lúpulo Cascade es un hijo americano de Rusia (Serebrianker) e Inglaterra (Fuggle)… algo así como la trama de Dr. Strangelove con Peter Sellers de protagonista. Adicionalmente, la emigración de esta película a latinoamerica le dio por nombre: Dr. Insólito, o: Cómo aprendí a dejar de preocuparme y amar la bomba. Tan curioso como el jugo de piña en el carrito de perritos. Tan insólito como que los primeros clientes, al fin y al cabo, eran, sí, perritos.

 

En fin, que mejor lúpulo para combinar con la piña que… sí, efectivamente, Citra. La adición de Citra lo lleva todo al trópico y con una buena cantidad de piña solo queda echarse en la tumbona.

 

Dr. Insólito es nuestro tributo al emprendimiento, y al, por unos minutos, dejar de preocuparnos y amar la bomba, que si es de piña mejor.

 

¡Salud, Filipo!